lunes, 19 de junio de 2017

Mi novela "42,2 Muerte en Central Park" gratis esta semana

Hoy en el blog "Lectora de tot" han publicado una entrevista que me hicieron en relación a mi novela del Maratón de NY "42,2 Muerte en Central Park".
Podéis leer la entrevista aquí.
Con este motivo, durante esta semana, del 19 al 23 de junio, os podréis descargar gratis mi novela para ebook en Amazon desde este enlace.
Espero que aprovechéis la ocasión si aún no habéis tenido la oportunidad de leer la novela. Lo único que os pido es que si la leéis después la valoréis en Amazon.

lunes, 5 de junio de 2017

Beer Lovers' Marathon: un maratón diferente

Seguramente muchos habréis oído hablar del Maraton du Médoc, ese famoso maratón que se organiza en Francia, en la Gironde, a primeros de septiembre, y que se corre por Chateaux y viñedos con degustación de vinos y productos de la tierra durante el recorrido.
Pues bien. Unos belgas fueron allí en 2012 y quedaron tan encantados que empezaron a pensar en por qué no organizar un maratón similar en Bélgica. La cosa quedó ahí, en una idea, hasta que en 2014, cuando fueron a correr el Maratón de Berlín, se encontraron por casualidad con la mujer de uno de los organizadores de Médoc y... el resto es historia.
En 2016 tuvo lugar la primera edición del Beer Lovers' Marathon en Lieja, Bélgica, con el mismo espíritu festivo del Marathon du Médoc. Y como Bélgica es el país cervecero por excelencia, pues uno de los motivos de este maratón, como su nombre indica, es el de rendir homenaje a la cerveza belga. Así, a lo largo de los numerosos avituallamientos los participantes pueden degustar 16 tipos de cervezas belgas diferentes, acompañadas de productos de la tierra y de un ambiente inmejorable.
Bueren Stairs. El punto más importante de la carrera. (km 5).

¿Y qué hace el capitán de los Beer Runners de Bilbao cuando se entera un miércoles de marzo a las dos de la tarde de la existencia de este maratón? Exacto. Para las tres y media de la tarde ya tenía la inscripción hecha y el vuelo reservado. Si ya lo dice Chema Martínez: no pienses, corre.
Así que este fin de semana lo he pasado en Lieja, y ha sido un viaje muy bonito. Me ha gustado la ciudad y me ha gustado mucho el maratón, sobre todo el ambiente y el recorrido. ¡Ojo! Si alguien quiere hacer este maratón para correr rápido que no vaya. Primero, porque no es un maratón para eso, es un maratón para disfrutarlo. Y segundo, porque el recorrido, sobre todo la primera mitad, es muy duro, con cuestas, escaleras, senderos de monte, calles empedradas, giros complicados, etc. Es como una ginkana.
Muchos de los participantes corren disfrazados, ya que, siguiendo el espíritu de Médoc, cada año hay un tema y la gente se disfraza. Este año el tema ha sido "Frutas y verduras".
Yo soy un tío serio y no me disfracé. Además, como hizo calor, no quiero ni pensar en la sudada que se metía la gente debajo de algunos disfraces. Menos mal que había cerveza, je, je.
Tras la salida, mi plan era tomarme con calma los primeros kilómetros hasta el km 5, donde se suben las Bueren Stairs y donde empieza la zona de cuestas del circuito.
Ya me sorprendió el primer avituallamiento en el km 2, ya que ponía "Desayuno" y daban croisants. Me parto.
Ya íbamos llegando a las escaleras de la montaña de Bueren, que las había reconocido el sábado, pero antes nos dieron una vuelta por una calle donde había otras escaleras de aperitivo seguidas de una calle empinada de adoquines. Ya la cosa se ponía bien.
Tras una bajada y un llanito llegamos por fin a las famosas Bueren Stairs, que son toda una atracción turística en Lieja y en Bélgica. La verdad es que es una calle muy bonita. Justo debajo teníamos el primer avituallamiento con cerveza y música de ambiente. En todos los puestos de degustación, perdón, de avituallamiento, había música. El ambiente de la carrera es inmejorable, la verdad.
Tras unos minutos de degustación y unas fotos tiré para arriba. Subirlas corriendo tiene que ser un calentón total, pues son 374 escalones, pero como las subes andando y sacando fotos pues no son para tanto.
Tras las escaleras no hay descanso, pues terminan en una calle empedrada que sigue subiendo y que te dejan al pie de más escaleras que suben a un monumento junto a un bonito mirador a la ciudad. En el reglamento te recomiendan pararte a ver el paisaje, así que eso hice.
A partir de aquí, y hasta el km 18, más o menos, viene la parte más dura del recorrido. Toda esta zona se corre por la montaña de Bueren, con mucho sube y baja, con varios tramos de senderos, como en un trail, con mucho adoquín y giros complicados entre casas, y por patios de casas, bajada de escaleras, y todas las trampas que os podáis imaginar. Muy divertido.
Calculo que haríamos unos 3 km de tramos de trail, y tal vez unos 15 kilómetros de tramos de adoquín entre todo el circuito. Me recordaba mucho a correr una clásica belga de ciclismo. Me encantó.
Ya hacia el km 18 estábamos corriendo junto al río Mosa, el que atraviesa la ciudad. Primero en una dirección y luego en otra, pero con muchos desvíos para entrar en islas pequeñas (algunas con más escaleras), o para pasar por algunas callejuelas pintorescas, o para subir a un barco a tomar una cerveza antes de seguir (no os riáis que es la verdad, mirad el vídeo más abajo).
Como hacía viento, hubo bastantes kilómetros junto al río con viento de cara, pero sin más problema. Como hacía calorcito el viento venía hasta bien.
En esta segunda parte paré menos veces. Sí en los avituallamientos, para beber agua, tomar mis geles, y degustar algún trago de cerveza, pero no paré tanto a hacer fotos como en la primera parte, la de las cuestas, que me sorprendió más.
En los últimos kilómetros había que ir atento a las flechas azules que marcaban el recorrido, ya que en algunos desvíos no había gente y como en algunos cruces ibas y venía por el mismo carril si te despistabas podías confundirte de dirección y atajar sin querer. De todas formas, en general, era fácil seguir la ruta con las flechas y con los voluntarios de la organización.
Finalmente llegué a la meta en un tiempo de 4 horas y 20 minutos (sumando unos 25 minutos de paradas). Mi Garmin me marcó 41,5 km, y como el GPS siempre marca algo más que la realidad, calculo que el recorrido era de 41 km. Es un maratón que no está homologado (ni falta que le hace) y entre tanto giro y sendero es fácil que haya ese error en la medición. Pero es igual. Es un maratón duro.
En fin. Que he terminado encantado de la carrera y de Lieja. Un sitio estupendo para correr mi 18º maratón. Espero volver algún otro año y que mis compis de los Beer Runners se animen. Creo que es un maratón hecho para nosotros.
Como dato de lo tranquila que es esta carrera os diré que con mi tiempo he hecho el puesto 93 de 956 finishers. Solo hay 18 retirados y más de 260 corredores hicieron un tiempo de entre 6:30 y 7:20, por encima del supuesto cierre de control de 6:30 horas. El ganador hizo 2:51 y el segundo terminó en 3:10.
Por cierto, hoy lunes no tengo ningún dolor de piernas, ni rastro de agujetas. Ayer fue el primer maratón que corro con mis nuevas Saucony Freedom y es como correr sin zapatillas. Terminé sin ningún dolor en los dedos ni ampollas ni nada.
Y por cierto, mi objetivo de hacer un buen entreno de fondo con cuestas para el Ultra de Zermatt totalmente cumplido con creces.



La Ópera de Lieja.

Reconocimiento del sábado.




La salida.

Km 2: Desayuno.











Buena comida para terminar.


Detalle de la medalla: es un abridor de cerveza.