lunes, 7 de diciembre de 2015

De camino a París'16 a través de la Balmaseda Zalla Balmaseda

Está decidido. El 3 de abril de 2016 correré en París el que será mi 14º maratón. Objetivo: hacer MMP. Sí. Así. Como suena. Tras Rotterdam'14 y Sevilla'15, en los que me quedé a 5' y a 3' de mi MMP de San Sebastián'97 (3:39) creo que puedo intentar mejorar mi marca el año que viene. Así que entrenaré estos meses para ello.
Después de la Behobia San Sebastián del 8 de noviembre, he estado corriendo muy suave para llegar descansado a diciembre, en lo que será una pretemporada de acumular kilómetros para ya entre enero y marzo entrenar fuerte y con fundamento para llegar lo mejor posible al 3 de abril.
Es cierto que entrenar para un maratón puede ser más duro que correrlo, pero yo, si me encuentro bien, disfruto entrenando y creo que sé medir bien mis fuerzas y sé llevar un equilibrio entre entrenar fuerte y descansar, ya que el descanso es lo que hace que nuestro cuerpo asimile bien los entrenamientos. Si solo fuese entrenar y entrenar, ganarían siempre las carreras los que más entrenan, pero el deporte no es así, por suerte. Influyen muchos factores y entre ellos está el de cómo se adapta nuestro cuerpo con el entrenamiento.
Este año he corrido mucho, unos 2.000 kilómetros en los últimos doce meses, y he acumulado una gran experiencia en maratones, al terminar los seis en los que he participado. Esto me anima para intentar dar un salto de calidad en la forma de entrenar, para lo que he hablado con Imanol Loizaga (ex campeón de España de Maratón de Veteranos) para que me asesore y me ayude a lograr el objetivo en París.
Y si no lo consigo tampoco pasa nada. Seguro que en estos meses voy a aprender mucho sobre entrenamiento.
Ayer corrí la Balmaseda-Zalla-Balmaseda, una bonita carrera en ruta de 14 km. Mi idea era solamente acumular kilómetros, por lo que aproveché para correrla junto a algunos de mis compañeros de los Beer Runners de Bilbao que la iban a correr despacio por diferentes motivos (lesiones, poca preparación, etc.).
La verdad es que fue un día espectacular, y no solo porque hizo buen tiempo, sino porque es agradable correr entre amigos y ayudarles a lograr sus metas. Lo pasamos genial, antes, durante y después de la carrera. Da gusto correr con este grupo. Todos nos hemos conocido este año, prácticamente, pero se ha formado un grupo fantástico y ya es raro el día que salimos solos a entrenar o que vamos solos a una carrera.
Ya vendrán otras carreras en las que deba apretar un poco, pero muchas veces nos viene muy bien correr despacio. Muchos no lo acaban de ver, pero estoy convencido de que la mayor parte del entrenamiento para el Maratón que debe hacer un corredor popular ha de ser a ritmo muy por debajo del que llevará después en la carrera. Es un trabajo muy agradecido, ya que nos permite correr distancias relativamente largas sin lesionarnos y sin generar una gran fatiga al cuerpo, con lo que sumamos una estupenda base para luego, en días señalados, correr rápido.
Bien. París me espera. Iré con Sportravel, con los que ya estuve en Nueva York las dos veces que he ido a su maratón y con los que terminé muy satisfecho.
Y ahora, a sumar kilómetros y a entrenar bien. Serán unos meses duros, pero al final, al llegar a la meta, incluso aunque no logre esa MMP, siempre compensa este trabajo duro.
Allá vamos. Los últimos desde la salida. Pero disfrutando mucho.

Perfil de la carrera. Si vas fuerte es bastante dura.

Foto antes de empezar con el equipo.

A punto de llegar a la meta con Mónica, que anda preocupada por una lesión y el terminar ayer le dio nuevos ánimos.

Primeros kilómetros.

Foto tras la carrera. Felices.

Balmaseda es un pueblo medieval, y esta foto, un poco tonta, lo demuestra. Por cierto, qué golpe me di en la cabeza, uy.

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