miércoles, 30 de noviembre de 2016

Maratón de San Sebastián'16

¡Ay! ¡Joder! ¡Qué hostia me acabo de pegar! (Perdón por los tacos, pero es lo que me sale cuando me doy una leche como la que me acabo de pegar con la puerta del hotel).
El equipo disfrutando en los primeros kilómetros.

Esto es lo que me vino a la mente el sábado por la tarde cuando salía del hotel de San Sebastián para ir a cenar algo para terminar de cargar los depósitos para el maratón del domingo. Y es que, además de otro golpe fuerte en la cabeza que me había dado un rato antes en el baño del hotel (o quizás debido a ese golpe que me dejó un poco grogui), al salir por la puerta calculé mal y mientras con la mano izquierda abría fuerte la puerta hacia mí, en dirección contraria, y más o menos a la misma velocidad, mi cabeza se dirigía rauda hacia la calle. Total que, como mandan las leyes de la física, las velocidades se sumaron y el contacto entre mi ceja izquierda y el canto afilado de la puerta metálica fue más bien tirando a brutal.
Un momento de confusión mental, un dolor insoportable, sangre manando de la herida, un blanco pañuelo de tela tornándose rojo por momentos,… Subí de nuevo a la habitación un poco confuso por el dolor y el impacto. Me limpié la sangre y me tumbé un momento. De la recepción llamaron a un médico y me dijeron que me acercara al Ambulatorio que estaba a 100 metros del hotel.
Allí, una rápida inspección y dos puntos que me pusieron en la ceja. Eso sí, con anestesia, pese a que les dije que los de Bilbao no la necesitamos. Tras un corto reposo, ya fui a cenar y me tomé un ibuprofeno. Preparé las cosas y a dormir. Dos puntos no me iban a impedir correr el maratón. Además, aunque ya apenas salga en bici, sigo siendo ciclista y siempre se ha dicho que los ciclistas estamos hechos de otra pasta. Si me hubieran cortado una pierna pues igual me hubiera planteado no salir, pero por un dolor de cabeza y una heridita de nada…

Ya estoy en la consigna para dejar mi mochila. Me junto con Gabi y con Garbi, que van a hacer el Medio Maratón, y vamos para la salida a tomar un café. Antes de salir saludo al speaker Juan Mari Guajardo y me reúno con Gabi y Garbi que están ya también con Marta. Gabi lleva ya un montón de medios maratones, pero para ellas es el primero. Somos cuatro Beer Runners de Bilbao, más Egoitz, el marido de Marta, que sale más adelante en su primer maratón para bajar de 3:30. Egoitz está fuerte (acabó en 3:13).
Dan la salida. Mi intención es ir tranquilo acompañándoles para pasar la media en torno a las dos horas. Desde que terminé en Berlín con malas sensaciones por haber acelerado antes de tiempo, me dije que tenía que correr pronto otro maratón para terminar fuerte y disfrutando del correr. Así que me apunté a San Sebastián.
No llevo objetivo de tiempo. Sé que andaré por las cuatro horas sin forzar mucho. Una tirada larga pero con público. Ésa es la idea. Solo disfrutar de correr mucho tiempo seguido. Soy corredor de fondo, un “long distance runner” que dirían en inglés. Y eso es lo que más placer me da. Como cuando andaba en bici, que me gustaban las salidas largas, de muchos kilómetros y muchos puertos.
Van pasando los kilómetros y todo va bien. Hace fresco, incluso frío para mí (máxima temperatura 11ºC) que soy un friolero. Así que me he puesto una camiseta térmica fina de manga larga debajo de la de correr, además del buff y guantes. No me sobra nada en toda la mañana. Eso sí, por lo menos no llueve, como en mis anteriores participaciones en San Sebastián.
Vamos los cuatro juntos al principio y entre Gabi y yo no paramos de decir chorradas (sobre todo yo). Vaya dos. Más adelante Gabi y Garbi se quedan un poco atrás. Garbi lleva unos días con una lesión y no fuerza. Hace bien. Sigo con Marta, que va muy bien, y la acompaño hasta la meta de su primer Medio Maratón, que es la primera vuelta para mí. Allí le dejo el chubasquero con el que he salido hasta que me he calentado un poco y el buff. Le doy la enhorabuena por su carrera y salgo de Anoeta para empezar la segunda vuelta. Poco después de salir me cruzo con Gabi y Garbi que ya están terminando.
Hasta aquí he corrido muy tranquilo, siguiendo el plan. Pulsaciones bajas (por debajo del umbral todo el rato) y comiendo. Lo ideal para empezar la segunda mitad entero. Al final hemos ido un poco más lento de lo previsto, pues paso el km 21,1 en 2:02:01. No importa. Calculo que puedo bajar al final de las 4 horas, pues me noto muy bien y sin ninguna fatiga ni molestia, pese a lo irregular de mis entrenamientos desde Berlín.
Ahora empiezo a correr a un ritmo un poco más alegre, pero todo el rato manteniendo el pulso bajo control, para que no me ocurra como en Berlín. Hago la primera parte del circuito y ya, hacia el km 30, veo que puedo acelerar más. Sigo comiendo y bebiendo todo el rato y dejo que el pulso suba un poco más.
La liebre que lleva a los de 4 horas me lleva ventaja, pero no veo complicado el pillarla más adelante. Incluso paro un momento para cambiar de agua al canario cuando la veo al final de una recta. En el km 32 le doy alcance. Lleva a un buen pelotón detrás. Saludo a la liebre (que es el hijo de un amigo y que va en una bici eléctrica marcando la velocidad) y tiro para adelante. Me noto muy fuerte y pongo un ritmo rápido pero mantenible.
En el giro que ya nos conduce de nuevo hacia la meta hay un montón de público, como siempre. Es la parte que más me gusta del Maratón de San Sebastián. Llevo adelantando a corredores desde el km 25 más o menos sin parar (en el km 15 iba en el puesto 2.400 y en meta hago el 1.948) y disfruto como un enano de la sensación de correr rápido con más de 35 km en las piernas. Llego ya a Anoeta y acelero aún más. Entro al Estadio y doy el último giro triunfal levantando las manos. Paro el crono en un tiempo oficial de 3:54:55. No está mal para lo que he podido entrenar. De los golpes en la cabeza ni me acuerdo. No he tenido el más mínimo problema físico en la carrera. Solo un poco de dolor de flato en los últimos 500 metros por acelerar un poco más de la cuenta.
Por fin vuelvo a sentir lo que es terminar un maratón entero. Este año ni en París ni en Berlín lo he podido hacer. Ahora sí. Soy feliz de nuevo.

Comparativa Berlín y San Sebastián

Si vemos los datos del tiempo final, en Berlín terminé en 3:49:09 y en San Sebastián, dos meses después, he hecho 3:54:55. Pero he corrido muchísimo mejor en SS que en Berlín. Veamos.
En Berlín estaba en muchísima mejor forma que ahora. Hasta el km 30 iba para poder hacer quizás mi MMP (sub 3:39). Sin embargo acabé en 3:49 casi arrastrándome desde el km 35.
Pongo aquí la comparativa de tiempos:


En Berlín corrí la segunda mitad 7:49 minutos más lento que la primera.
En San Sebastián la segunda mitad la he corrido 9:05 minutos más rápido que la primera.
En Berlín del km 40 a meta fui a casi 6 min/km y con pésimas sensaciones.
En San Sebastián del km 40 a meta fui a 5:05 min/km y gozando.
Según el Garmin el km más rápido en SS fue el km 41 a 4:45 min/km.

Y aquí pongo la diferencia de las gráficas del pulso:

En Berlín fui un poco acelerado, sobre todo desde el km 21. Alcancé y sobrepasé demasiado pronto el pulso máximo mantenible, y claro, no lo pude aguantar. Pulso medio de la carrera de 145 ppm (umbral en 137 ppm). Si llego a seguir mi plan de fiarme solo del pulso y no empeñarme en seguir un ritmo de velocidad, no solo hubiese podido hacer quizás mi MMP, sino que hubiera disfrutado mucho más de la carrera.
En San Sebastián el pulso medio ha sido justo el de mi umbral de entonces, 137 ppm. Pero como veis en la gráfica en ningún momento, salvo al final, he subido demasiado el pulso, y esa ha sido la clave para terminar muy fuerte.
Como veis, por lo menos para mí, el pulso es el dato fundamental en un maratón. Si sabes cuál es tu umbral puedes establecer hasta qué pulsaciones puedes correr como máximo en cada tramo del maratón. Si te pasas antes de tiempo, como lo hice en Berlín, lo pagas al final. Lo pagas con una buena pérdida de minutos, y lo pagas en la fatiga que vas a tener tras el maratón, con una recuperación mucho más lenta.
El lunes por la mañana, tras San Sebastián, además de que pude bajar corriendo las escaleras del Metro, mi pulso por la mañana fue de 46 ppm. Ni rastro de fatiga.

La organización en San Sebastián

· La Feria en San Sebastián es muy pobre. No hay apenas ropa de deporte, ni una marca de zapatillas.
· En la entrega de dorsales, por lo menos cuando fui yo el sábado por la tarde, había una cola considerable, y luego otra para recoger la camiseta. Ni en Berlín, ni en París, ni en NY, con muchísima más gente, he tardado tanto en recoger el dorsal. Deberían poner más mostradores clasificados por número de dorsal, no cinco o seis mostradores para todos.
· La animación del público en la carrera es buena, salvo en las zonas del circuito que se alejan del centro. Eché en falta música, como en otros maratones. Solo había en dos o tres sitios. No tiene nada que ver con la Behobia (que es una pasada).
· Los avituallamientos están bien y hay muchos. El agua nos la daban en botellas a la mano (como en el Maratón de París), lo que para beber es más cómodo (aunque se desperdicia mucha más agua que si la dan en vasos, como en Berlín). Salvo en algunos puntos, la mayoría de voluntarios nos daban las botellas cerradas, y eso a veces es engorroso para abrirlas. Algunos se daban cuenta y te las daban con el tapón ya medio suelto y se agradecía.
· El nuevo recorrido a dos vueltas está bien. Es muy llano, pero había una cuesta empinada en un túnel que en el circuito anterior no había. Creo que la podrían evitar dando el giro antes de llegar a ese túnel y alargar por la otra parte del circuito, por la zona de Universidades.

Bueno. Ahora ya doy por terminado el año deportivo. En diciembre descansaré. Un poco de monte, algo de correr y gimnasio, pero quiero recuperar bien para empezar el 2017 fuerte, ya que tengo retos importantes en mente. Ya os contaré.











Cuando terminé en Berlín dije que no me iba a quitar la pulsera que nos pusieron hasta que no volviera a sentir la alegría de terminar un maratón disfrutando. Tras San Sebastián lo he podido hacer.

lunes, 21 de noviembre de 2016

San Sebastián 2016: A por un nuevo maratón

Tras el mal sabor de boca que me dejó el Maratón de Berlín, me quedé con las ganas de sentir, una vez más, la sensación de llegar al km 42,195 con fuerza en las piernas como para correr un poco más. Así que, aunque no estaba en mis planes iniciales de este año, me apunté al Maratón de San Sebastián.
Entrando en meta en 2012, mi segunda participación en San Sebastián. Este año será la cuarta.

Mi intención es clara: solo acabarlo bien, sin ningún objetivo de tiempo, como si tardo 4 horas y media. Por lo tanto, de Berlín hasta aquí no me planifiqué los entrenamientos. Solo descansar un par de semanas y empezar a hacer kilómetros para no perder la buena forma con la que llegué a Berlín.
Al principio la cosa iba bien y así han transcurrido las semanas de entrenos hasta ahora:

Semana 1: 13 km (de trail suave). Una primera semana casi de descanso total, con una salida de 13 km por monte y un día de senderismo suave.
Semana 2: 44 km. Ya con una salida progresiva de 20 km el domingo.
Semana 3: 42 km. En la tercera semana la cosa se empezó a torcer. El segundo día que entrené no me encontré fino y en un trail que corrí el domingo me retiré porque iba demasiado cansado. Empecé a tener dudas de si correr San Sebastián.
Semana 4: 42 km. Esa semana estaba apuntado al Medio Maratón de Zubiri-Pamplona, pero como seguía muy cansado me hicieron unos análisis y me encontraron que tenía la Urea en sangre bastante alta. Ésa podría ser la causa de la fatiga y seguramente estaba producida por no beber lo suficiente. El médico me dejó ir a Pamplona, pero corriendo muy suave (1:55) y bebiendo mucha agua. Las dudas sobre el maratón seguían, pero al haber podido hacer bien el Medio Maratón me animé un poco. Seguía sin estar seguro, pero no tiraba la toalla.
Semana 5: 28 km. La semana siguiente seguí bebiendo mucho y con entrenos suaves. No hice ninguna salida de más 11 km.
Semana 6: 48 km. Esta semana ya me encontraba algo mejor, pero seguí al ralentí hasta que los nuevos análisis me confirmaron que todo estaba ya ok. Parecía que la fatiga remitía, pero me vino otro problema: me empezó a molestar una articulación del pie derecho. Por suerte me permitía correr, pero al caminar me molestaba más. A pesar de todo ese domingo ya corrí 25 km, con alguna molestia en el pie pero con buenas sensaciones en cuanto a mi estado físico general.
Semana 7: 102 km. Esta era la semana decisiva para ver si corría o no en SS. A falta de tres semanas para el maratón, y a la vista de que me encontraba mucho mejor (pese a la molestia en el pie), decidí hacer una apuesta por meter un volumen elevado de kilometraje. Corrí todos los días, salvo el lunes, y completé 102 km, mi récord en una semana. Además, uno de los días metí unas series cortas. Acabé muy contento con una tirada larga final de 30 km.
Semana 8: 44 km. A falta de dos semanas para el maratón, he corrido dos días suaves, uno con 6 series de 1 km con recuperación de 2 minutos y un fondo progresivo de 15 km. He notado algo de cansancio de la semana anterior, pero dentro de lo normal.
Semana 9: Última semana. Descansar y a ver qué pasa el domingo.

Como veis, un entrenamiento no demasiado coherente para correr un maratón. Sin contar los kilómetros que corra esta semana, desde Berlín he corrido 363 km en ocho semanas, pero no muy bien repartidos. En lo que va de año llevo 2.177 km.
Pero como no llevo ninguna presión de tiempo y cuento con mi experiencia de 15 maratones, creo que sabré regular hasta el final para lograr acabar en condiciones.
De la fatiga parece que me he olvidado, y lo del pie tiene toda la pinta de que es uno de los brotes de la artritis que tengo que de vez en cuando me provocan dolores de origen desconocido. Por suerte la molestia cuando corro es pequeña. Espero que siga así el domingo.
La mala noticia es que parece que va a hacer frío y lluvia, como en mis dos anteriores participaciones en San Sebastián en 2012 y en 2013. Y no me gusta pasar frío. Pero es lo que tiene correr en San Sebastián a finales de noviembre. Habrá que adaptarse y acertar con la ropa.
Ya os contaré.

jueves, 10 de noviembre de 2016

La importancia de la cadencia en la técnica de carrera

Cuando alguien empieza en esto de correr, y a poco que lea sobre el tema o que lo comente con corredores veteranos, no tardará mucho en toparse con conceptos como “técnica de carrera”, “cadencia del paso”, “tipo de pisada”, “pisada de talón o de punta”, etc. Si buscáis en google o en youtube estos conceptos tenéis mucha información al respecto.
Lo primero que pensará el novato es que nunca había imaginado que correr fuera algo tan complicado que necesitara una técnica que aprender. Uno se pone las zapatillas y echa a correr. Un pie delante del otro. Algo tan sencillo que lo hacemos desde que somos niños sin haberlo aprendido en ningún sitio.
Pero parece que la cosa no es tan simple.
No son pocos los corredores noveles que al de unas semanas o unos meses de empezar con la práctica habitual de salir a correr (o del running, como prefiráis llamarlo) se encuentran que no lo pueden hacer porque se han lesionado.
Y suele ser entonces, al comentar la lesión con fisios, médicos deportivos y compañeros con más experiencia, cuando empiezan a oír hablar de la técnica de carrera y estos conceptos.
A poco que nos fijemos cuando salimos a correr o cuando vamos a carreras populares (sobre todo en las de distancias asequibles para todo el mundo), veremos que hay gente que corre dando muchos pasos más o menos cortos y otros que van dando zancadas largas y lentas, como si fueran futbolistas calentando en la banda. ¡Ojo! Algunos de estos compañeros corren rápido, al menos más rápido que yo, pero su estilo es feo y su técnica de correr nefasta. Yo siempre pienso en estos casos de gente que corre mal pero rápido, lo mucho que mejorarían si tuvieran una mejor técnica al correr.

La cadencia

Ejemplo de cadencia alta: Este gráfico es de mi Medio Maratón de Santoña de junio pasado, donde hice mi MMP en la distancia. Como veis, corrí con una cadencia media de 187 pasos por minuto.

Se llama cadencia de carrera al número de pasos que damos por minuto mientras corremos. Hay gente de cadencia lenta, de unos 150 o 160 pasos por minuto, y otros de cadencia muy alta, de unos 200 pasos por minuto. Incluso un mismo corredor varía su cadencia según la velocidad a la que corre, ya que cuando corremos muy rápido (por ejemplo en un esprint o en una serie corta) aumentamos bastante la cadencia, y cuando corremos muy despacio (por ejemplo en un trote suave de calentamiento) nuestra cadencia baja.
¿Cuál es la mejor cadencia? No hay una respuesta fácil. Hay gente de cadencia baja que corre rápido y no se lesiona, y otros de cadencia alta de los que podríamos decir lo mismo.
En principio, y para mejorar la técnica de carrera, es más adecuado una cadencia elevada. Con una buena técnica de carrera se pisa menos de talón y eso, en la mayoría de los casos, evita lesiones por sobrecarga. Y para mejorar la técnica, el correr con cadencia alta es muy eficaz.
Casi todos los expertos dicen que la cadencia más adecuada al correr es la que está en torno a los 180 – 190 pasos por minuto, y si os fijáis, la mayoría de los atletas de competición corren en esos valores.
Curiosamente esta cadencia de 180-190 pasos por minuto suele coincidir con la que llevamos al caminar rápido en llano y también coincide con la cadencia de pedaleo de los ciclistas profesionales. Incluso subiendo un puerto duro, donde la mayoría de los mortales vamos atrancados (con poca cadencia, en el argot ciclista), ellos suben con una cadencia de pedaleo en torno a las 180 pedaladas por minuto (o incluso de 200 en el caso de algunos corredores, como Chris Froome).
Parece, por tanto, que los corredores que suelen correr con cadencia baja lograrían muchas ventajas si lograran correr a 180 pasos por minuto o más. ¿Y qué ventajas son ésas? Pues bastantes. Solo por mencionar algunas las enumero aquí:
  • mejora de la técnica de carrera,
  • ayuda a aterrizar con la parte media del pie o con la punta,
  • menos golpe en el talón al aterrizar en el suelo,
  • menos lesiones por sobrecargas,
  • más eficacia y más economía de esfuerzos en el movimiento, lo que mejora los resultados en pruebas largas,
  • menos tiempo de contacto del pie con el suelo, lo que facilita el correr más rápido y ayuda a que los pies sufran menos,
  • menos sufrimiento a nivel vertebral, ya que el correcto juego de las articulaciones de pie, tobillo, rodilla y caderas hará que el golpe de cada pisada llegue bien amortiguado a la columna (lo que es bueno para los que ya tenemos una edad en la que empezamos a tener desgaste vertebral, hernias u otros problemas de columna asociados a la edad).

Como veis, aumentar la cadencia es muy recomendable para la mayoría de los corredores.
Bien. ¿Y cómo podemos mejorar nuestra cadencia? Pues hay varias cosas que podemos hacer, como son, por ejemplo:

  • al iniciar el paso tirar la rodilla hacia adelante, no el pie (un truco es imaginar que alguien tira de nuestras rodillas con una cuerda desde delante a cada paso que damos),
  • no lanzar el pie para adelante como si diésemos una patada a cada paso que damos,
  • echar rápido el pie para atrás nada más que aterrice en el suelo, como si corriéramos por un suelo que nos quema,
  • acortar el paso,
  • correr descalzo en una cinta (al correr descalzo nos obligamos a mejorar la técnica, ya que no podremos pisar de talón, así que si nos quitamos las zapatillas un día y corremos unos pocos minutos en la cinta veremos cómo aumenta nuestra cadencia –ojo, no lo hagas muchos minutos si no estás acostumbrado o se te cargarán muchísimo los gemelos y los sóleos-),
  • usar relojes que nos den el dato de la cadencia que llevamos (ojo, la mayoría nos mide este dato por cada pie, dándonos el dato real, pero algunos miden solo el paso de un pie, por lo que en estos casos hay que multiplicar el dato que ofrecen por 2),
  • salir a correr algunos días sin mirar el reloj solo para concentrarnos en la cadencia (si tu cadencia habitual es baja te va a costar subirla, y hasta que no interiorices la nueva forma de correr pasará un tiempo y en cuanto dejes de estar concentrado en la pisada volverás a la anterior),
  • si corres con música prueba a llevar temas cuyo ritmo sea parecido a la cadencia ideal, como por ejemplo el Highway star de Deep Purple.

Bueno, espero que os haya resultado útil este post. Hasta el siguiente.

martes, 1 de noviembre de 2016

Vídeo de mi Maratón de NY'13 y consejos para la carrera

Los próximos días los más afortunados viajarán a Nueva York para correr el mejor maratón del mundo (por lo menos para mí lo es por el ambiente y todo lo que lo rodea).
Yo tuve la suerte de correrlo en 2013 y espero volver a hacerlo más veces. El año pasado, después de correr el Maratón de los Marines en Washington, estuve un par de días en Nueva York y la ciudad ya estaba preparándose para su maratón, que es al domingo siguiente del de Washington. No sabéis las ganas que me dieron de quedarme unos días más aunque solo fuera para ver la carrera.
Para los que vais a correrlo este domingo, y para los que no, os dejo aquí un vídeo que colgué en Youtube tras mi carrera de 2013 para que veáis, aunque solo sea un poco, cómo se vive este maratón desde dentro, el ambiente de la ciudad y lo entusiasta que es el público prácticamente en todo el recorrido.
Más abajo he hecho una lista de consejos para quienes vayan por primera vez a esta carrera. Mucha suerte a todos.


Consejos para disfrutar al máximo del Maratón de Nueva York:

- El vuelo. Si es la primera vez que haces un viaje transoceánico a América, una de las peores cosas es el cambio de horario y el jetlag que nos produce. Como en NY son seis horas menos que en España, mi consejo para el vuelo es no dormir demasiado para que al llegar a NY nos adaptemos lo antes posible a su horario. Lo mejor es irnos a dormir cuando allí sea la hora de dormir, no cuando lo sea en nuestra casa. Luego en el vuelo de vuelta, que normalmente es nocturno, entonces sí que es recomendable dormir para despertarnos al llegar a España, que será temprano por la mañana.

- Si es la primera vez que vas a viajar a los EE.UU. debes saber que nada más aterrizar lo primero que se hace es pasar el control de inmigración en el aeropuerto. Esto lleva bastante tiempo, sobre todo si la llegada de nuestro vuelo coincide con la llegada de otros vuelos internacionales, lo que es lo normal. Así que, ármate de paciencia, respeta la cola y al llegar donde el funcionario sonríe y cuando te pregunte para qué vas a EE.UU. deja claro que vas a correr el Maratón de NY. Te tomarán una foto y las huellas de los diez dedos de las manos. Si ven algo raro en tu nombre o en tus datos te llevarán a un cuarto para aclararlo, lo que te retrasará aún más. Así que, si vas en un grupo lo normal es que desde que el avión aterriza hasta que ya coges tu maleta, sales a la calle y os reunís todos, pueden pasar un par de horas o más fácilmente.

- Es buena idea hacer una fotocopia del pasaporte y dejarla en el hotel. Si pierdes el tuyo te facilitará el que te den un visado temporal para enseñarlo en el aeropuerto y poder volver a casa.

- Nueva York es una ciudad cara para comer en restaurantes, pero hay multitud de sitios para comer sin gastar demasiado. Hay muchos lugares donde te preparan comida para llevar o para comer allí mismo que además tienen sección de supermercado donde puedes comprar de todo a un precio razonable. Además, en estos sitios no se deja propina.

- Sobre las propinas. En EE.UU. es casi obligatorio dejar propina en bares, restaurantes, etc. Normalmente es un porcentaje de entre el 5% y el 15% dependiendo de lo satisfecho que hayas quedado con el servicio y te lo señalan en la cuenta. Si no dejas propina te mirarán mal.

- Nueva York hoy en día es una ciudad bastante segura (salvo que vayas por sitios raros a horas intempestivas, como en cualquier gran ciudad). Por la mayor parte de Manhattan hay muchísima gente a todas horas.

- Lo normal es que el viernes vayas a la Feria del Corredor a recoger el dorsal. No te olvides de llevar la carta que te habrán enviado y tu pasaporte. Hay que pasar un control de seguridad para entrar. La Feria es inmensa y seguramente vas a estar allí varias horas. Aunque no lo tengas pensado, acabarás comprando camisetas, gorros, guantes y varias cosas que verás con dibujos y motivos de NY y del maratón. Prepárate a gastar dinero.

- Se suele recomendar no hacer mucho turismo los días previos a un maratón para no cansar mucho las piernas. Eso puede valer para otras ciudades, pero NY es NY y hay que patearla. Si piensas subir al Empire State, al One World Trade Center o al Rockefeller Building (el que mejores vistas tiene) vete con tiempo para sacar las entradas, sobre todo si quieres subir a la hora de la puesta del sol. Lo mismo si quieres ir a la Estatua de la Libertad.

- El Maratón de NY es duro, porque tiene muchas cuestas y por el madrugón que te vas a pegar para ir a la salida. Lo mejor es olvidarte de hacer una buena marca (salvo que seas de la elite). O mejor aún, olvídate de la marca. Es un maratón para correrlo despacio, sacando fotos y disfrutando cada metro del recorrido. En pocos maratones hay tanto ambiente como aquí y es una pena no apreciarlo por querer correr rápido.

- Sobre el madrugón para ir a la salida. La salida está, como se dice normalmente, en casacristo. Si vas con una agencia te llevarán en autobús, y si vas por tu cuenta tendrás que coger el metro para luego tomar el ferry a Staten Island (es gratis, lo único gratis en la ciudad) y de allí un bus. Lo normal suele ser salir del hotel en Manhattan sobre las 5 de la mañana, aunque tu cajón de salida sea el de la 10:30.

- Una vez en la zona de salida tendrás que esperar varias horas a que te toque salir. Suele hacer mucho frío. Lleva toda la ropa vieja de abrigo que puedas. Luego se tira allí mismo y la recogen (toneladas de ropa) para la caridad de la ciudad. En este maratón se dan varias salidas con un intervalo de una media hora. En todas se hace el mismo protocolo de escuchar el himno de EE.UU., que lo canta en directo una cantante de Broadway, y luego te ponen el "New York, New York" de Frank Sinatra. Se te erizará el vello de todo el cuerpo. Por fin estás allí, en la salida y empiezas a correr. Ya lo has logrado.

- Los primeros kilómetros son en subida por el puente "Verrazano Narrows". Es un puente de una autopista con dos niveles. Si tu salida te toca por arriba, mejor. Si te ha tocado una de las que corren por el nivel inferior intenta cambiarla, porque por abajo no ves lo imponente que es este puente. A mitad del puente empiezas a bajar hacia Brooklin. Olvídate de todo y párate en mitad del puente a sacarte una foto.

- Una vez que entras en Brooklin ya hay público, grupos de música, gente animándote,... Una locura. Y así hasta la meta, salvo el paso en Queens por el barrio judío y el cruce de los puentes.

- Si no lo has hecho ya, pon tu nombre bien grande en la camiseta con la que vas a correr. Si te dieran un dólar por cada vez que gritan tu nombre el viaje te saldría casi gratis.

- Los dos sitios más impresionantes del recorrido son al terminar de cruzar el puente de Queensboro (el del cartel de la película "Manhattan" de Woody Allen, que te lleva de Queens a Manhattan) donde das un giro que te deja en la 1ª Avenida y oyes los gritos del público desde antes de verlo, y luego cuando ya entras a Central Park para hacer los últimos kilómetros. En estos sitios te dan ganas de que se detenga el tiempo y de quedarte allí para siempre sintiendo todo lo que sientes en esos momentos.

- Por cierto, para el público también son los mejores sitios para ver a sus amigos y familiares, ya que desde la curva de entrada a la 1ª Avenida pueden ir fácilmente hacia la zona de Central Park.

- La llegada a meta es otro de los grandes momentos. Lo has conseguido. Aquí todo el mundo termina la carrera. De unos 50.000 participantes se suelen retirar unos 300. Pero es un momento de sentimientos encontrados. Por un lado eres la persona más feliz de mundo por cruzar esa meta, y por otro lado lamentas haberla cruzado y que todo se termine ya. Por eso insisto en que NY es un maratón para correrlo despacio y saborearlo todo el tiempo que puedas.

-Tras la meta te dan la deseada medalla y una manta de plástico. Se tarda bastante en salir de la zona de meta y poder juntarte con tus amigos o familiares. Si tu hotel está lejos y no tienes a nadie que te haya llevado una mochila con ropa al punto de reunión que hayáis acordado, es mejor que tengas previsto cómo volver al hotel en metro.

- Y un último consejo: si no has leído mi novela "42,2 Muerte en Central Park" te recomiendo que la leas, ya que el protagonista describe kilómetro a kilómetro toda la carrera.